Los transfers impresos por serigrafía se aplican sobre el material cerámico y se hornean a temperaturas superiores a los 700ºC. Durante el proceso de horneado los poros de la cerámica se abren permitiendo que la tinta entre en la cerámica. Una vez enfriada la cerámica la tinta queda fijada en la cerámica y no se puede remover con ningún producto de uso convencional.
